Volvemos con otra de nuestras manualidades recicladas; nos encantan las manualidades donde además de divertirnos realizándolas,
podemos utilizar materiales desecho y enseñar a nuestros chicos el valor
del reciclaje.
Hoy os enseñaremos cómo hacer un monstruo comelápices: un portalápiz hecho
con una botella de plástico de las de detergente para la
ropa.
Una manualidad muy divertida, útil y educativa. ¡Manos a la obra! Necesitaremos los siguientes materiales:
- Una
botella de detergente para la ropa.
- Dos
tapitas de botellas de agua mineral.
- Pajitas
de colores.
- Un vaso
de yogur.
- Pinturas
y pincel.
- Tijeras.
- Un
trocito de cualquier pasta para modelar.
- Adhesivo
instantáneo.
Lo primero que haremos es
pegar las dos tapitas que serán los pies del monstruo. Yo las pegué con la
pistola de cola caliente, si no tenéis una, usad un pegamento fuerte (las
peques tienen una curiosidad morbosa por desarmar todo lo que encuentran). La
pata de adelante tiene que ir pegada en donde el envase empieza a curvarse,
para poder sostener el peso de la boca, de lo contrario se tumbará.
Cortamos una buena cantidad
(depende de cuánto queráis hacer tupida la cresta) de pajitas en tres partes, y
luego las abrimos al medio.
Reunimos 4 o 5 trocitos, uniéndolos en la base con celo adhesivo bien apretado, para que arriba se abran
lo más posible.
Ahora haremos agujeros con un
elemento con punta en la parte de arriba del envase. Yo he hecho dos filas.
Tened en cuenta que los penachos que hemos preparado con las pajitas tienen que
entrar apretados, por lo que los agujeros no deben ser demasiado grandes.
Metemos todos los penachos en los
agujeros haciendo presión y fijándolos con una gota de pegamento.
Cortamos las orejas
marcándolas en un vasito de yogur de los grandes, aprovechando la curva del
vaso para que las orejas sean curvadas. Hacemos dos ranuras en la cabeza del
monstruo e insertaremos las orejas allí, fijándolas siempre con pegamento.
Sólo nos queda decorar
nuestro monstruo, yo he hecho los ojos con pasta de modelar y he pintado con
pintura acrílica la zona de la etiqueta y la parte trasera de las orejas (para
cubrir la impresión del vasito de yogur) con un color bien contrastante.
Conviene dar una mano previa de color blanco para que cubra mejor.
